sábado, 19 de octubre de 2013

#12 de la serie "Combates". Dibujo: birome sobre papel. 142 x 94 cm. 2013.







Fragmentos del libro "Los combates por la invención de Misiones: la participación de los historiadores en la elaboración de una identidad para la provincia de Misiones, Argentina, 1940-1950" de Héctor Jaquet, editado en el año 2005 por EDUNAM,  Editorial Universitaria de la Universidad Nacional de Misiones 


La Junta de Estudios Históricos de Misiones, creada en 1939, se constituyó en la tribuna pública de un grupo de historiadores que se propusieron institucionalizar, por primera vez, la historia en el Territorio Nacional de Misiones. Mediante una activa participación social, estas personas se transformaron en un engranaje vital del proceso cívico-político más general representado por el movimiento provincialista, que necesitó, en el plano simbólico, de la fundamentación de la existencia de un sentido de pertenencia común extendido al conjunto social.  (pág. 41)


(...)Si alguien quiere ser admitido en esta sociedad, alguna concesión tiene que hacer a la matriz de la misioneridad: desposarse con un/a nativo/a, a tener hijos nativos, invertir dinero en alguna obra nativa, escribir un libro sobre temas nativos,  componer alguna obra artística que, plasmando el paisaje local, testimonie su compenetración y admiración por la exuberante naturaleza (...) (Pág. 74)


LA CONSTRUCCIÓN DE HÉROE
Quizás, la mayor expresión de misioneridad estuvo reflejada en la necesidad que experimentaron los juntistas por plasmar esa cualidad en la construcción de un “héroe“ local que representara todas las virtudes de los habitantes de Misiones y que, aunque provenientes de las gestas del pasado, debían, sin embargo, ponerse en acción en la lucha provincialista del presente.
(pág.324)

Andresito era un indio a través del cual se recuperaba la condición “nativa”, pero se tenía mucho cuidado de que no se lo confundiera con un indio “salvaje” (idea de la que los juntistas, en este caso, querían separarse), sino, por el contario, un indio “civilizado” y respetuoso de las normas, de las costumbres y de la etiqueta que ello implicaba. Este indígena, al resumir en su persona los dos sentidos libertarios: el auténticamente misionero como defensor del “solar nativo” y el de la soberanía argentina como garante
de las fronteras nacionales se transformó en la figura más importante construida para sustentar la pertenencia argentina de Misiones.
(pág. 326)



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