#12 de la serie "Combates". Dibujo: birome sobre papel. 142 x 94 cm. 2013.
Fragmentos del libro "Los combates por la invención de Misiones: la participación de los historiadores en la elaboración de una identidad para la provincia de Misiones, Argentina, 1940-1950" de Héctor Jaquet, editado en el año 2005 por EDUNAM, Editorial Universitaria de la Universidad Nacional de Misiones
La Junta
de Estudios Históricos de Misiones, creada en 1939, se constituyó en la
tribuna pública de un grupo de historiadores que se propusieron
institucionalizar, por primera vez, la historia en el Territorio Nacional de
Misiones. Mediante una activa participación social, estas personas se
transformaron en un engranaje vital del proceso cívico-político más general
representado por el movimiento provincialista, que necesitó, en el plano
simbólico, de la fundamentación de la existencia de un sentido de pertenencia
común extendido al conjunto social. (pág. 41)
(...)Si alguien quiere ser admitido en esta
sociedad, alguna concesión tiene que hacer a la matriz de la misioneridad:
desposarse con un/a nativo/a, a tener hijos nativos, invertir dinero en alguna
obra nativa, escribir un libro sobre temas nativos, componer alguna obra artística que, plasmando
el paisaje local, testimonie su compenetración y admiración por la exuberante
naturaleza (...) (Pág. 74)
LA CONSTRUCCIÓN DE HÉROE
Quizás, la mayor expresión de misioneridad
estuvo reflejada en la necesidad que experimentaron los juntistas por plasmar
esa cualidad en la construcción de un “héroe“ local que representara todas las
virtudes de los habitantes de Misiones y que, aunque provenientes de las gestas
del pasado, debían, sin embargo, ponerse en acción en la lucha provincialista
del presente.
(pág.324)
Andresito era un indio a través del cual se
recuperaba la condición “nativa”, pero se tenía mucho cuidado de que no se lo
confundiera con un indio “salvaje” (idea de la que los juntistas, en este caso,
querían separarse), sino, por el contario, un indio “civilizado” y respetuoso
de las normas, de las costumbres y de la etiqueta que ello implicaba. Este indígena, al resumir en su persona los
dos sentidos libertarios: el
auténticamente misionero como defensor del “solar nativo” y el de la soberanía argentina como garante
de las fronteras nacionales se transformó en
la figura más importante construida para sustentar la pertenencia argentina de
Misiones.
(pág. 326)
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