jueves, 17 de diciembre de 2009

Serie "Traslado de peso". Birome sobre papel. 74 x 60 cm. 2009





miércoles, 25 de noviembre de 2009

Instalación de plastilina en "Aproximaciones al caos" ECuNHi











jueves, 12 de noviembre de 2009

viernes, 18 de septiembre de 2009

Gracias por las fotos Diego!
Serie insignificante. Plastilina recubierta sobre base de madera. 20 x 60 cm de base x 27 cm de altura. 2009


Serie Insignificante. Plastilina recubierta sobre base de madera. 30 x 30 x 30 cm. 2008


martes, 21 de julio de 2009

#...de la serie "el objeto mudo". Birome sobre papel. 95 x 145 cm. 2009



jueves, 16 de julio de 2009

#16. de la serie "No". Birome sobre papel. 146 x 95 cm. 2009

#32 de la serie "No". Birome sobre papel. 146 x 95 cm. 2009








viernes, 3 de julio de 2009

#25 de la serie "No". Birome sobre papel. 146 x 95 cm. 2009



lunes, 15 de junio de 2009

#24 de la serie "No". Birome sobre papel. 146 x 95 cm.




domingo, 31 de mayo de 2009

"Obvio, tenemos una bomba"



sábado, 23 de mayo de 2009

Insignificantes. (Serie) Plastilina blanca sobre base de MDF y caja de vidrio. 20 x 60 x 27 cm. 2008




miércoles, 20 de mayo de 2009

“…en el fondo, ¿no es siempre la misma cuestión: qué significa esto para mí?..."

Nietzsche
Dragón. Plastilina sobre base de madera. 2008









martes, 19 de mayo de 2009

"he visto el futuro, hermano: es un asesinato". Leonard Cohen

(texto escrito por Nick Thabit sobre la muestra "Mudo")



La última muestra de Mauro Koliva, en el Centro cultural Borges, que consiste en cerca de treinta dibujos en bolígrafo de color sobre papel, es una revelación de varias clases; una revelación de lo cotidiano, lo ya visto, lo aparentemente sin sentido - pero no de lo obvio. Los dibujos en estas tres series, el objeto mudo, el objeto salvaje, y el objeto irresponsable, parecen esculturas, objetos hechos de madera, soga, cuero, pero también colchones abandonados, sofás, cajas, restos seleccionados. Inicialmente, vienen a la mente imágenes del americano nativo o del Indio; pero en aquél caso los objetos son supremamente útiles. En todo hay una calidez, una veracidad, una conexión orgánica a nuestro mundo ilógico, quizás un reflejo de él. Estos objetos realmente son pensamientos, maneras de mirar el mundo, maneras tontas, que son necesarias, que emanan del espíritu (tal como mantener el espíritu vivo se ha vuelto el trabajo de los artistas). Exudando un extrañeza en lo cotidiano similar a la que el grupo musical DEVO descubrió una vez, los trabajos resuenan con la realidad interna, a menudo totalmente en desacuerdo con la realidad externa: una colección de cosas con significado agregado. El mundo que el artista hereda no tiene ningún sentido para él, así que él necesita crear cosas, para desorganizar cosas; él hace un mundo “verdadero” para satisfacer su realidad interna. Cada uno en esta serie satisface una función sutilmente diversa para el artista y el espectador. Mudos: aquello que no se puede poner en palabras pero que anhela gritar. El activo reprimido o inexpresable, en oposición al Irresponsable “pasivo”; una asombrosa estación intermedia entre ser y hacer. Salvaje: el que no desea ser puesto en palabras, existiendo absolutamente feliz (o furioso, en algunos casos) más allá de nuestros límites; energías destinadas a vivir a su manera. Irresponsables: antiguos objetos superiores de “uso espiritual” (sin embargo inútiles o irresponsables para la mayoría de los propósitos), más eficaces a su manera, como simples declaraciones del ser magnificente. El Sr. Koliva tiene un talento extraordinario, más allá de su capacidad precoz para dibujar: él hace que todo luzca viejo usando sólo líneas (y algunos puntos) en un fondo blanco. Hay coágulos oscuros del color donde las líneas se juntan, ayudando a la calidad de “fotografía vieja” de los dibujos; pero hay aquí un “resplandor” palpable, casi sobrenatural, ausente en las fotografías, presente en la memoria. Éstos son “dibujos” en ambos sentidos de la palabra porque los objetos toman su significación de nosotros mientras miramos, y hacemos crecer el significado, dibujando hacia fuera de nosotros nuestras propias mitologías e historias internas. Esto hay que verlo para entenderlo. Podemos involucrarnos por entero en este trabajo, lo cual podría ser la cualidad que define a las bellas artes.
Sin entrar en detalles sobre las imágenes específicas, puedo decir que si usted desea refrescar sus sentidos y estimular su curiosidad, debería aprovechar la oportunidad de ver esta muestra. Una de las mejores muestras de dibujos que he visto (otra es Juan Soares Juarez en Braga Menéndez) y muy disfrutable aunque a usted generalmente no le “guste el arte.” Como sea. Vaya y vuélvase sorprendido, y renovado; usted se olvidará del calor, las muchedumbres, y el Subte.


Nick Thabit
Bs As 3/2009
(texto escrito por Eduardo Stupía para el catálogo de la muestra "Mudo")
Cuando entendemos un objeto, y sabemos qué es y para qué sirve, algo en ese entendimiento parece prepararnos para entender el mundo. En cuanto a los objetos que dibuja y proyecta Mauro Koliva, quizás no los entendemos como tales, pero sí como dibujos. Y el mundo al que pertenecen nos resulta un mundo inconcebible, salvo según las reglas del dibujo mismo como objeto, del objeto-dibujo.Koliva logra enrarecer la posible dosis de ubicuidad racional que ellos quisieran necesariamente arrimarle a sus invenciones, pero lo hace sin proponer nada excesivamente estrambótico, “fantasioso”, de acuerdo a lo que se espera de una imaginación tan audaz como la suya. Lo decididamente perturbador es que ellas nos resultan familiares, parecidas a algo, perversamente lógicas. Hasta el punto en que debemos aceptar que ese imposible de donde provienen, definitivamente ininteligible, deforme, mudo ante toda pretensión de que nos revele elocuentemente su clave, es el rostro oculto, el verdadero, de nuestro propio mundo, que él hace visible.Mediante una trabajosa génesis de capas y capas de cruces, texturas, madejas y rizomas lineales, Koliva elabora sus aparatos visuales esbozando una suerte de taxidermia; en una operación de riguroso vaciamiento semántico, les extirpa los órganos y las vísceras del sentido, para dejar una pura cáscara de materia formateada que parece viva sólo científicamente, o bien afín a la estructurada previsibilidad de un catálogo técnico, que aquí es poco más que un espejismo icónico. El objeto-dibujo es la matriz del ectoplasma gráfico que expele el Koliva médium para hacer aparecer sus fantasmales simulacros de dudosas ingenierías domésticas, de pilosas superficies y provisorias carpinterías, tramadas con los hilos de baba cáustica, mercurial, tan propia de la densidad del bolígrafo; una sustancia que intensifica la pastosa corporeidad de sus volúmenes, la incierta consistencia de sus paradojales construcciones, manifestaciones indescriptibles de una muy lubricada maquinaria de líneas.
Eduardo Stupía.

lunes, 18 de mayo de 2009

Mudo. Centro Cultural Borges. Marzo de 2009.































"El objeto salvaje" (Serie). Birome sobre papel. 45 x 35 cm. 2009






















"El objeto mudo" (serie) Birome sobre papel. 97 x 74 cm. 2009
































Subiendo por el lado difícil


“Dadme una prueba más contundente de que hayas visto la realidad”
Shakespeare

Hacía un rato que había perdido la cuenta, ignoraba cuantos escalones había dejado atrás y sospechaba que los que me faltaban iban a ser interminables. Mis pies explotaban dentro de mis zapatillas, confundiendo mi condición de turista del mundo con la de mártir Latinoamericano. Pero no, era un simple curioso por llegar a la cima, respirar hondo y sentirme poderoso. Desde luego que nada de eso ocurrió, exceptuando haber llegado a una cima minada de otros turistas que quizás como yo, habían recibido la estúpida sentencia de que “venir a México y no visitar las pirámides de Teotihuacan no era venir a México”.
Lo cierto es que una ves allí, en lo alto de la pirámide del Sol, comencé a recuperar aire, mientras que con mi mirada buscaba un bar, restaurante o puesto de bebidas que ayudara a mitigar mi mal humor. Pero, por suerte o por desgracia para mí, el carácter folklórico del lugar, había mantenido cierta dignidad con la historia y el confort que yo reclamaba no estaba para arruinar el paisaje.
De repente, como música para mis oídos, escucho que alguien le ofrece agua a otro
- ¿Querés agua?, dice la vos que inmediatamente sigue parloteando ideas y cosas de Arquitectura, Arte y Filosofía.
- Conozco esa voz, pensé. Conozco esas ideas. Me doy vuelta y sin ni siquiera pensarlo me salio como un grito:
- MAURO!!! ¿Qué haces acá?
- Fabián! ¿Qué haces vos acá?
……………………………………………………………………………………

A la hora, luego de bajar de la pirámide y despedir a su amigo, entramos en una lechería.
- ¿O sea que después de la beca en Denver te salio esta muestra en México?, le pregunte.
- Sí, y sin tener que pasar por Bs. As. Antes.
- Buenísimo!!, ¿y acá vas hacer una instalación?
- Una instalación, unos dibujos y algunas de las esculturas blancas.
-¿En tus muestras siempre combinas esas tres cosas, no?
- Sí, es cierto. Creo que son registros diferentes de una misma cosa. Pienso incluso que tanto las mesas como las piezas de plastilina blanca son casi como dibujos tridimensionales.
- Entonces, ¿la imagen y la preocupación estética en los tres soportes es la misma?, le pregunte, sabiendo que se venía una charla de 5 horas.
- Claro.
- ¿El soporte no te condiciona la idea o el concepto de lo que vas a hacer?
- En estos últimos tiempos he intentado procesar e ir haciendo más conciente qué significa esto para mí. Qué significa haber pasado a un material más escultórico como la plastilina, y pienso que trabajar de esta manera es consecuencia de la manera en la que dibujo. Para mí las imágenes tiene cuerpo, las cosas tienen cuerpo. Ahora soy conciente de eso. Entonces quizás el dibujo era muy modelado, y modelar era un paso muy natural.
- ¿Qué las cosas tienen cuerpo, qué quiere decir puntualmente?
- Bueno, no sé si las cosas tienen cuerpo o es mi cuerpo que se proyecta en ellas.
-¿Querés decir que en esos monstruos estas vos? Algo así como madame Bovary cet moi … (risas)
- Me parece que yo no puedo desligarme de mi propio peso corporal. No es que se proyecta ahí mi psicología, si no mi manera conjunta de percibir. En ese sentido las cosas para mí tiene que tener un peso, una densidad determinada.
- Pero el cuerpo que les das, o tienen las cosas ¿de donde viene?
- Supongo que en gran parte de mi. En los dibujos y en las piezas pequeñas, la saturación de detalles le da densidad y espesor a las imágenes. De hecho en algunas obras hay una puesta de mi propio cuerpo concreta y palpable que se agregan a la forma como una especie de temperatura.
- ¿y el resto de las obras?
- Hay dos grandes bloques que voy identificando en los trabajos: uno tiene esta cosa corporal, que cada vez es más fuerte y después está todo ese universo imaginario de las miniaturas blancas y los dibujos, que son básicamente monocromáticas porque me interesa reducirles sentido, supongo que es para crear un poco de distancia.
- ¿Distancia por qué?
- Porque creo que me interesa enfriarlo. Me fascina, pero es algo en lo que no creo.
- ¿Cuándo hablás de imaginario, a qué imaginario te referís?
- Lo del imaginario es algo muy importante. Me refiero a los imaginarios sociales que estructuran una imagen, de lo monstruoso por ejemplo, o de lo anormal, o de lo fantástico, va! de miles de cosas. Y está lleno de convenciones claro, es un universo muy legislado el de la imaginación.
- ¿Tu trabajo dialoga con las obras de otros artistas?
- Si, bastante. Descubrí recientemente que comparto con muchos de ellos un cierto territorio formal y un interés por la ficción…a ver…pienso que uno, conciente o inconcientemente va armardo la genealogía de la tradición a la que pertenece. Yo noto, en mi caso, que hay una tradición formal muy larga, que incluye esta preocupación por lo monstruoso y lo fantástico, que seguramente viene desde el Bosco. Ahora, en el mundo contemporáneo todo eso se multiplica, se mezcla con otras cosas y se aborda de miles de maneras. A mi, particularmente me gusta la tragedia y el drama en el arte… (risas) así que busco cosas que me hablen de eso, que me den imágenes.
- La trage…
- La tragedia y el drama- me interrumpió-
- Y la comedia diría.
- Mi humor es hijo del escepticismo.
- Estaba pensando en algunas obras, en la grande, la del hombre disfrazado de dragón. ¿No hay un diálogo entre lo siniestro y lo ridículo, en esa obra, o entre lo siniestro y lo absurdo?
- Si. Tiene mucho de Comic. Con el comic cada vez me siento más cercano. Es un lenguaje muy conciente de su artificialidad.
- Y cuando hablás de que te interesa la tragedia y el drama, en tus obras ¿cómo traducís eso? Bueno, en las obras más narrativas se puede identificar claramente eso, pero ¿hay otra forma en la que lo traducís?
- Me interesa la tragedia, esa en la que al final mueren todos, triunfa el mal y además todos sabían que iban a morir… (risas) pero soy un vitalista, y al final quiero que alguien sobreviva…Supongo que hay algo de gravedad en algunos trabajos, que aparece interferida por la literalidad y al mismo tiempo la distancia. Las vísceras tiradas por todas partes, es eso.
- ¿Y qué hay del drama y del mundo de los sueños, algo de eso se cruza con la tragedia; el delirium tremens, cosas del surrealismo?…Me mencionabas a El Bosco, yo te asocio muy directamente con él. Él tomaba acetona para poder tener esas imágenes locas. Es decir, recurría así al inconciente, se drogaba a full porque quizás no se bancaba ese mundo, hoy uno se banca mucho más ese mundo monstruoso…yo creo que hasta Goya no se bancó ese mundo que imaginó, él, comenzó a plantear concientemente que “la monstruosidad estaba en nosotros”. De otro modo, hay que buscarla en otro plano mental. ¿Vos dónde estás parado en relación a esos dos planos, estas en la cosa más surrealista de delirium tremens, o crees que representas de cierta manera la realidad?
- No estoy en ninguno de esos dos lugares seguramente. Yo reconozco esos imaginarios como si fueran libros en una biblioteca. Bacon, El Bosco, Lynch son universos flotantes. Al mismo tiempo reconozco el poder que tienen esos imaginarios para construir una realidad. Mirá, hace falta tocar un solo símbolo, para que haya una guerra mundial, y en esos universos flotantes se agitan las pasiones!... De cualquier manera, quizás mi postura es más analítica, más distante. .
- Este Club que nombras: Bacon, Lynch… al cual te hago socio aunque quizás con cierta distancia histórica, ¿tal vez vos seas más aséptico no? Lo tuyo es mostrar la monstruosidad o la tragedia -o las consecuencias de la tragedia- en términos violentos, pero una monstruosidad que podemos tener todos en definitiva, porque en términos simbólicos e incluso más allá de lo que vos digas, cualquiera en un objeto de esos, puede reconocer algún fantasma…
- ¿Convoca fantasmas no?
- Convoca, claro. Pero vos lo haces con manos quirúrgicas, como con guantes de goma. Tipo Cronenberg que muestra lo siniestro y lo monstruoso pero con elementos esterilizados. La verdad que lo interesante y lo atractivo puede ser la distancia. Digo, hacer monstruos y pintar como si fueran delirium tremens no pareciera que es lo que sale de lo común, o hace singular a tu obra. Eso es un estereotipo si querés. En cambio vos lo haces pasar a un laboratorio para estudiarlo detrás de un microscopio. ¿No te sentís medio como un Dr. jekyll? (risas)
- Si.
Mire a mi alrededor, éramos los últimos de la lechería, los mozos ya comenzaban a poner las sillas sobre la mesa como una invitación a la salida. Pagamos. Era de noche y por un momento la calle me dio un poco de escalofrío; habíamos estado hablando más de tres horas y me había olvidado de que estábamos en un tugurio del DF hablando de Goya, Lynch, El Bosco, doctor Jekyll y de más.
- ¿Vamos mañana a la otra? – de golpe me pregunta Mauro en penumbras.
- ¿Otra? ¿Qué otra?
- La otra pirámide, la de la luna.
- Noooo, ni loco- le conteste- prefiero antes, ir a aquella luna- le dije, mientras le señalaba con un dedo el reflejo del la luna de verdad en un charco de esa calle abandonada.


Fabián Burgos. Buenos Aires, noviembre de 2008.

Bajando por el lado difícil. Museo de Bellas Artes Rene Brusau, Resistencia, Chaco. Noviembre de 2008.