domingo, 31 de mayo de 2009

"Obvio, tenemos una bomba"



sábado, 23 de mayo de 2009

Insignificantes. (Serie) Plastilina blanca sobre base de MDF y caja de vidrio. 20 x 60 x 27 cm. 2008




miércoles, 20 de mayo de 2009

“…en el fondo, ¿no es siempre la misma cuestión: qué significa esto para mí?..."

Nietzsche
Dragón. Plastilina sobre base de madera. 2008









martes, 19 de mayo de 2009

"he visto el futuro, hermano: es un asesinato". Leonard Cohen

(texto escrito por Nick Thabit sobre la muestra "Mudo")



La última muestra de Mauro Koliva, en el Centro cultural Borges, que consiste en cerca de treinta dibujos en bolígrafo de color sobre papel, es una revelación de varias clases; una revelación de lo cotidiano, lo ya visto, lo aparentemente sin sentido - pero no de lo obvio. Los dibujos en estas tres series, el objeto mudo, el objeto salvaje, y el objeto irresponsable, parecen esculturas, objetos hechos de madera, soga, cuero, pero también colchones abandonados, sofás, cajas, restos seleccionados. Inicialmente, vienen a la mente imágenes del americano nativo o del Indio; pero en aquél caso los objetos son supremamente útiles. En todo hay una calidez, una veracidad, una conexión orgánica a nuestro mundo ilógico, quizás un reflejo de él. Estos objetos realmente son pensamientos, maneras de mirar el mundo, maneras tontas, que son necesarias, que emanan del espíritu (tal como mantener el espíritu vivo se ha vuelto el trabajo de los artistas). Exudando un extrañeza en lo cotidiano similar a la que el grupo musical DEVO descubrió una vez, los trabajos resuenan con la realidad interna, a menudo totalmente en desacuerdo con la realidad externa: una colección de cosas con significado agregado. El mundo que el artista hereda no tiene ningún sentido para él, así que él necesita crear cosas, para desorganizar cosas; él hace un mundo “verdadero” para satisfacer su realidad interna. Cada uno en esta serie satisface una función sutilmente diversa para el artista y el espectador. Mudos: aquello que no se puede poner en palabras pero que anhela gritar. El activo reprimido o inexpresable, en oposición al Irresponsable “pasivo”; una asombrosa estación intermedia entre ser y hacer. Salvaje: el que no desea ser puesto en palabras, existiendo absolutamente feliz (o furioso, en algunos casos) más allá de nuestros límites; energías destinadas a vivir a su manera. Irresponsables: antiguos objetos superiores de “uso espiritual” (sin embargo inútiles o irresponsables para la mayoría de los propósitos), más eficaces a su manera, como simples declaraciones del ser magnificente. El Sr. Koliva tiene un talento extraordinario, más allá de su capacidad precoz para dibujar: él hace que todo luzca viejo usando sólo líneas (y algunos puntos) en un fondo blanco. Hay coágulos oscuros del color donde las líneas se juntan, ayudando a la calidad de “fotografía vieja” de los dibujos; pero hay aquí un “resplandor” palpable, casi sobrenatural, ausente en las fotografías, presente en la memoria. Éstos son “dibujos” en ambos sentidos de la palabra porque los objetos toman su significación de nosotros mientras miramos, y hacemos crecer el significado, dibujando hacia fuera de nosotros nuestras propias mitologías e historias internas. Esto hay que verlo para entenderlo. Podemos involucrarnos por entero en este trabajo, lo cual podría ser la cualidad que define a las bellas artes.
Sin entrar en detalles sobre las imágenes específicas, puedo decir que si usted desea refrescar sus sentidos y estimular su curiosidad, debería aprovechar la oportunidad de ver esta muestra. Una de las mejores muestras de dibujos que he visto (otra es Juan Soares Juarez en Braga Menéndez) y muy disfrutable aunque a usted generalmente no le “guste el arte.” Como sea. Vaya y vuélvase sorprendido, y renovado; usted se olvidará del calor, las muchedumbres, y el Subte.


Nick Thabit
Bs As 3/2009
(texto escrito por Eduardo Stupía para el catálogo de la muestra "Mudo")
Cuando entendemos un objeto, y sabemos qué es y para qué sirve, algo en ese entendimiento parece prepararnos para entender el mundo. En cuanto a los objetos que dibuja y proyecta Mauro Koliva, quizás no los entendemos como tales, pero sí como dibujos. Y el mundo al que pertenecen nos resulta un mundo inconcebible, salvo según las reglas del dibujo mismo como objeto, del objeto-dibujo.Koliva logra enrarecer la posible dosis de ubicuidad racional que ellos quisieran necesariamente arrimarle a sus invenciones, pero lo hace sin proponer nada excesivamente estrambótico, “fantasioso”, de acuerdo a lo que se espera de una imaginación tan audaz como la suya. Lo decididamente perturbador es que ellas nos resultan familiares, parecidas a algo, perversamente lógicas. Hasta el punto en que debemos aceptar que ese imposible de donde provienen, definitivamente ininteligible, deforme, mudo ante toda pretensión de que nos revele elocuentemente su clave, es el rostro oculto, el verdadero, de nuestro propio mundo, que él hace visible.Mediante una trabajosa génesis de capas y capas de cruces, texturas, madejas y rizomas lineales, Koliva elabora sus aparatos visuales esbozando una suerte de taxidermia; en una operación de riguroso vaciamiento semántico, les extirpa los órganos y las vísceras del sentido, para dejar una pura cáscara de materia formateada que parece viva sólo científicamente, o bien afín a la estructurada previsibilidad de un catálogo técnico, que aquí es poco más que un espejismo icónico. El objeto-dibujo es la matriz del ectoplasma gráfico que expele el Koliva médium para hacer aparecer sus fantasmales simulacros de dudosas ingenierías domésticas, de pilosas superficies y provisorias carpinterías, tramadas con los hilos de baba cáustica, mercurial, tan propia de la densidad del bolígrafo; una sustancia que intensifica la pastosa corporeidad de sus volúmenes, la incierta consistencia de sus paradojales construcciones, manifestaciones indescriptibles de una muy lubricada maquinaria de líneas.
Eduardo Stupía.

lunes, 18 de mayo de 2009

Mudo. Centro Cultural Borges. Marzo de 2009.































"El objeto salvaje" (Serie). Birome sobre papel. 45 x 35 cm. 2009






















"El objeto mudo" (serie) Birome sobre papel. 97 x 74 cm. 2009
































Subiendo por el lado difícil


“Dadme una prueba más contundente de que hayas visto la realidad”
Shakespeare

Hacía un rato que había perdido la cuenta, ignoraba cuantos escalones había dejado atrás y sospechaba que los que me faltaban iban a ser interminables. Mis pies explotaban dentro de mis zapatillas, confundiendo mi condición de turista del mundo con la de mártir Latinoamericano. Pero no, era un simple curioso por llegar a la cima, respirar hondo y sentirme poderoso. Desde luego que nada de eso ocurrió, exceptuando haber llegado a una cima minada de otros turistas que quizás como yo, habían recibido la estúpida sentencia de que “venir a México y no visitar las pirámides de Teotihuacan no era venir a México”.
Lo cierto es que una ves allí, en lo alto de la pirámide del Sol, comencé a recuperar aire, mientras que con mi mirada buscaba un bar, restaurante o puesto de bebidas que ayudara a mitigar mi mal humor. Pero, por suerte o por desgracia para mí, el carácter folklórico del lugar, había mantenido cierta dignidad con la historia y el confort que yo reclamaba no estaba para arruinar el paisaje.
De repente, como música para mis oídos, escucho que alguien le ofrece agua a otro
- ¿Querés agua?, dice la vos que inmediatamente sigue parloteando ideas y cosas de Arquitectura, Arte y Filosofía.
- Conozco esa voz, pensé. Conozco esas ideas. Me doy vuelta y sin ni siquiera pensarlo me salio como un grito:
- MAURO!!! ¿Qué haces acá?
- Fabián! ¿Qué haces vos acá?
……………………………………………………………………………………

A la hora, luego de bajar de la pirámide y despedir a su amigo, entramos en una lechería.
- ¿O sea que después de la beca en Denver te salio esta muestra en México?, le pregunte.
- Sí, y sin tener que pasar por Bs. As. Antes.
- Buenísimo!!, ¿y acá vas hacer una instalación?
- Una instalación, unos dibujos y algunas de las esculturas blancas.
-¿En tus muestras siempre combinas esas tres cosas, no?
- Sí, es cierto. Creo que son registros diferentes de una misma cosa. Pienso incluso que tanto las mesas como las piezas de plastilina blanca son casi como dibujos tridimensionales.
- Entonces, ¿la imagen y la preocupación estética en los tres soportes es la misma?, le pregunte, sabiendo que se venía una charla de 5 horas.
- Claro.
- ¿El soporte no te condiciona la idea o el concepto de lo que vas a hacer?
- En estos últimos tiempos he intentado procesar e ir haciendo más conciente qué significa esto para mí. Qué significa haber pasado a un material más escultórico como la plastilina, y pienso que trabajar de esta manera es consecuencia de la manera en la que dibujo. Para mí las imágenes tiene cuerpo, las cosas tienen cuerpo. Ahora soy conciente de eso. Entonces quizás el dibujo era muy modelado, y modelar era un paso muy natural.
- ¿Qué las cosas tienen cuerpo, qué quiere decir puntualmente?
- Bueno, no sé si las cosas tienen cuerpo o es mi cuerpo que se proyecta en ellas.
-¿Querés decir que en esos monstruos estas vos? Algo así como madame Bovary cet moi … (risas)
- Me parece que yo no puedo desligarme de mi propio peso corporal. No es que se proyecta ahí mi psicología, si no mi manera conjunta de percibir. En ese sentido las cosas para mí tiene que tener un peso, una densidad determinada.
- Pero el cuerpo que les das, o tienen las cosas ¿de donde viene?
- Supongo que en gran parte de mi. En los dibujos y en las piezas pequeñas, la saturación de detalles le da densidad y espesor a las imágenes. De hecho en algunas obras hay una puesta de mi propio cuerpo concreta y palpable que se agregan a la forma como una especie de temperatura.
- ¿y el resto de las obras?
- Hay dos grandes bloques que voy identificando en los trabajos: uno tiene esta cosa corporal, que cada vez es más fuerte y después está todo ese universo imaginario de las miniaturas blancas y los dibujos, que son básicamente monocromáticas porque me interesa reducirles sentido, supongo que es para crear un poco de distancia.
- ¿Distancia por qué?
- Porque creo que me interesa enfriarlo. Me fascina, pero es algo en lo que no creo.
- ¿Cuándo hablás de imaginario, a qué imaginario te referís?
- Lo del imaginario es algo muy importante. Me refiero a los imaginarios sociales que estructuran una imagen, de lo monstruoso por ejemplo, o de lo anormal, o de lo fantástico, va! de miles de cosas. Y está lleno de convenciones claro, es un universo muy legislado el de la imaginación.
- ¿Tu trabajo dialoga con las obras de otros artistas?
- Si, bastante. Descubrí recientemente que comparto con muchos de ellos un cierto territorio formal y un interés por la ficción…a ver…pienso que uno, conciente o inconcientemente va armardo la genealogía de la tradición a la que pertenece. Yo noto, en mi caso, que hay una tradición formal muy larga, que incluye esta preocupación por lo monstruoso y lo fantástico, que seguramente viene desde el Bosco. Ahora, en el mundo contemporáneo todo eso se multiplica, se mezcla con otras cosas y se aborda de miles de maneras. A mi, particularmente me gusta la tragedia y el drama en el arte… (risas) así que busco cosas que me hablen de eso, que me den imágenes.
- La trage…
- La tragedia y el drama- me interrumpió-
- Y la comedia diría.
- Mi humor es hijo del escepticismo.
- Estaba pensando en algunas obras, en la grande, la del hombre disfrazado de dragón. ¿No hay un diálogo entre lo siniestro y lo ridículo, en esa obra, o entre lo siniestro y lo absurdo?
- Si. Tiene mucho de Comic. Con el comic cada vez me siento más cercano. Es un lenguaje muy conciente de su artificialidad.
- Y cuando hablás de que te interesa la tragedia y el drama, en tus obras ¿cómo traducís eso? Bueno, en las obras más narrativas se puede identificar claramente eso, pero ¿hay otra forma en la que lo traducís?
- Me interesa la tragedia, esa en la que al final mueren todos, triunfa el mal y además todos sabían que iban a morir… (risas) pero soy un vitalista, y al final quiero que alguien sobreviva…Supongo que hay algo de gravedad en algunos trabajos, que aparece interferida por la literalidad y al mismo tiempo la distancia. Las vísceras tiradas por todas partes, es eso.
- ¿Y qué hay del drama y del mundo de los sueños, algo de eso se cruza con la tragedia; el delirium tremens, cosas del surrealismo?…Me mencionabas a El Bosco, yo te asocio muy directamente con él. Él tomaba acetona para poder tener esas imágenes locas. Es decir, recurría así al inconciente, se drogaba a full porque quizás no se bancaba ese mundo, hoy uno se banca mucho más ese mundo monstruoso…yo creo que hasta Goya no se bancó ese mundo que imaginó, él, comenzó a plantear concientemente que “la monstruosidad estaba en nosotros”. De otro modo, hay que buscarla en otro plano mental. ¿Vos dónde estás parado en relación a esos dos planos, estas en la cosa más surrealista de delirium tremens, o crees que representas de cierta manera la realidad?
- No estoy en ninguno de esos dos lugares seguramente. Yo reconozco esos imaginarios como si fueran libros en una biblioteca. Bacon, El Bosco, Lynch son universos flotantes. Al mismo tiempo reconozco el poder que tienen esos imaginarios para construir una realidad. Mirá, hace falta tocar un solo símbolo, para que haya una guerra mundial, y en esos universos flotantes se agitan las pasiones!... De cualquier manera, quizás mi postura es más analítica, más distante. .
- Este Club que nombras: Bacon, Lynch… al cual te hago socio aunque quizás con cierta distancia histórica, ¿tal vez vos seas más aséptico no? Lo tuyo es mostrar la monstruosidad o la tragedia -o las consecuencias de la tragedia- en términos violentos, pero una monstruosidad que podemos tener todos en definitiva, porque en términos simbólicos e incluso más allá de lo que vos digas, cualquiera en un objeto de esos, puede reconocer algún fantasma…
- ¿Convoca fantasmas no?
- Convoca, claro. Pero vos lo haces con manos quirúrgicas, como con guantes de goma. Tipo Cronenberg que muestra lo siniestro y lo monstruoso pero con elementos esterilizados. La verdad que lo interesante y lo atractivo puede ser la distancia. Digo, hacer monstruos y pintar como si fueran delirium tremens no pareciera que es lo que sale de lo común, o hace singular a tu obra. Eso es un estereotipo si querés. En cambio vos lo haces pasar a un laboratorio para estudiarlo detrás de un microscopio. ¿No te sentís medio como un Dr. jekyll? (risas)
- Si.
Mire a mi alrededor, éramos los últimos de la lechería, los mozos ya comenzaban a poner las sillas sobre la mesa como una invitación a la salida. Pagamos. Era de noche y por un momento la calle me dio un poco de escalofrío; habíamos estado hablando más de tres horas y me había olvidado de que estábamos en un tugurio del DF hablando de Goya, Lynch, El Bosco, doctor Jekyll y de más.
- ¿Vamos mañana a la otra? – de golpe me pregunta Mauro en penumbras.
- ¿Otra? ¿Qué otra?
- La otra pirámide, la de la luna.
- Noooo, ni loco- le conteste- prefiero antes, ir a aquella luna- le dije, mientras le señalaba con un dedo el reflejo del la luna de verdad en un charco de esa calle abandonada.


Fabián Burgos. Buenos Aires, noviembre de 2008.

Bajando por el lado difícil. Museo de Bellas Artes Rene Brusau, Resistencia, Chaco. Noviembre de 2008.




















miércoles, 13 de mayo de 2009



arts and entertainment
"Fine Line" spans an intriguing horizon
By Kyle MacMillan Denver Post Fine Arts Critic
Posted: 12/05/2008 12:30:00 AM MST
Updated: 12/11/2008 08:51:17 AM MST

"Fine Line," running through Feb. 15 at the Museo de las Américas, offers new takes on the venerable medium of drawing. Visible in the foreground are pieces from Argentinian artist Mauro Ariel Koliva's series, "Ropa para Monstruos (Monsters Clothes)." (Brian Brainerd, The Denver Post)


"Fine Line," running through Feb. 15 at the Museo de las Américas, offers new takes on the venerable medium of drawing. Visible in the foreground are pieces from Argentinian artist Mauro Ariel Koliva's series, "Ropa para Monstruos (Monsters Clothes)." (Brian Brainerd, The Denver Post)

Given the hundreds of art exhibitions that take place each year in Denver, finding a fresh tack is no easy task.
But Patty Ortiz, the always-enterprising executive director and curator of the Museo de las Americas, has managed to do just that in "Fine Line," an exhibition continuing through Feb. 15.
In the main gallery, she placed a horizontal line along the walls 5 feet off the floor and asked four of the five participating artists to create site-specific installations that respond to it — a simple but provocative idea.
Given humankind's integral relationship with the earth and sky, it is nearly impossible not to perceive the line as a kind of horizon, and two of the artists relate to it directly in such a way.
The most overt connection can be seen in New York artist Lucas Monaco's "Flicker," in which he keys on the line as the horizontal focal point for a series of his skewed, compressed perspective drawings of imaginary urban landscapes.
Several smaller examples of his kind of satellite views of cities are on view elsewhere, including "Landscape Impressions No. 1" (2005), an ink and acrylic drawing on canvas, with subtle washes of color.
In his wall installation, Mexico City artist Maximo Gonzalez also uses the line as a horizon, but his work has a more ethereal, abstract quality.
Incorporating 10,000 dots punched from Mexican peso notes (it requires close examination to make out what they are), he carefully pins them to the wall in a gently undulating pattern that loosely suggests a giant topographic map.
The point of these installations, and, indeed, the entire exhibition, is to explore the ever-changing contemporary dimensions of drawing, using the work of five Latino artists as guides.
Drawing has reasserted itself in the art world, as such seemingly old-fashioned notions of craft and technique take on renewed importance. But if today's drawings take cues from the past, they are firmly rooted in the present, where conceptual underpinnings are a must.
While most of the pieces hew to traditional formats, others lift drawing off the paper and take it in unexpected directions and forms. Nowhere is this more apparent than in Gonzalez's witty installation, "School of Rats" (2008).
In this narrative piece (unrelated to the horizon installations), lines come to life in a short cartoonlike video and then bounce from the screen and onto the wall, transforming into the three-dimensional form of dozens of felt rats.
If the underlying concepts behind "Fine Line" are compelling, the resulting show comes off as a bit flat. It's hard to pin down the exact reasons.
Certainly a few of the pieces are just plain yawners, such as Mexico City artist Ricardo Rendon's installation, "Trabajo Mural/Action Field," which is more of an inaction field. It consists of nothing more than a series of circles composed of drywall screws.
The overintellectualization and, in some cases, faux-intellectualization, doesn't help either. A good example are Rendon's uncomplicated, archetypal drawings burnt into wood panels, such as "Espacio de Proteccion 2" (2008), which depicts flowers grown from each end of a block.
According to the accompanying text panels, these pieces are supposed to deal with the destruction of nature and the ominous implications of modern building practices. Or something. Isn't it OK to just enjoy them for their aesthetic value?
The exhibition could use an injection of emotion. Helping in that department is the humor provided by "School of Rats," as well as Argentine artist Mauro Ariel Koliva's lighthearted series, "Ropa para Monstruos (Monsters' Clothes)."
These impeccably rendered ink drawings provide the entertaining prospect of imagining what the monsters who wear these fantastical garments might look like.
"Fine Line" falls short of a knockout, but it starts with an intriguing idea and offers new takes on an old medium.
Kyle MacMillan: 303-954-1675 or kmacmillan@denverpost.com

Among four site-specific installations on view is Argentinian artist Mauro Ariel Koliva's "Bajo la Linea (Below the Line)." (Brian Brainerd, The Denver Post)


Fuente : C:\Documents and Settings\Administrador\Escritorio\mauro koliva - obras\Fine Line spans an intriguing horizon - The Denver Post.mht

Definición de la línea entre …

Una simple línea horizontal puede representar tantos conceptos – el horizonte, una línea de tiempo o el límite entre dos aéreas o entidades distintas. La exhibición actual en el Museo de las Américas ha pedido a cinco distintos artistas de los E.U. y de Latinoamérica que exploren este concepto en una exhibición llamada apropiadamente Fine Line, exhibido hasta el 15 de Feb., del 2009.

Los artistas incluyen a Lucas Mónaco (U.S.), Máximo Gonzales (Argentina) Ricardo Rendón (México), Mauro Ariel Koliva (Argentina) y Carlos Capelán (Uruguay).
Lucas Mónaco tiene su base en la ciudad de Nueva York y sus trabajos se enfocan en objetos orgánicos y la arquitectura. El tomó la asignación muy seriamente mostrando el horizonte en paisajes de la ciudad. Su trabajo literalmente compara las construcciones del hombre y los de la naturaleza. Los cañones topográficos que el delinea se parecen a los de la naturaleza cuando se ven de lejos – carreteras de ríos de concreto conectan a los vastos cañones urbanos. Aun cuando nosotros generalmente pensamos de nosotros mismos como algo distinto y separado de la naturaleza, los humanos como especie son parte de la naturaleza también.

Ricardo Rendón vive y trabaja en la Ciudad de México como profesor de medios múltiples en la Escuela Nacional de Escultura, Pintura y Grabado. En una instalación para esta exhibición él usa la línea horizontal para conectar los diferentes sistemas y operaciones, creando el movimiento y flujo de ideas o conceptos. Tornillos negros montados en la pared muestran aparatos interrelacionados e independientes y una progresión temporal. Su trabajo puede ser percibido ya sea como celular, mundana o aun cósmicos dependiendo de la perspectiva del espectador.
Rendón también hace el contraste entre las líneas de la naturaleza y las líneas del hombre al quemar el grano natural de la madera. La mayoría de estos esfuerzos muestran el proceso de la construcción y su aparente perversión de la naturaleza.

Máximo Gonzales, conocido por usar billetes en sus composiciones, usa puntillas con cabezas cubiertas con pesos para crear una instalación imaginaria abierta a una amplia gama de interpretaciones. ¿Es una selva ardiente lanzando soplos de humo al cielo u hojas que caen para unirse en pilas torcidas? Es un remolino de polvo que se forma en las planicies o los alfileres que marcan la ubicación de cada Wal-Mart en Norte América? Su conjetura, querido lector, es tan buena como la nuestra.

El contribuyó también con una pieza de instalación llamada School of Rats en la cual la escuela parece escupir humanos en una red de seguridad que los recibe y la televisión crea roedores que lentamente se forman en cuadros regimentados.

Mauro Ariel Koliva es un artista licenciado en artes plásticas. El cruza una línea que divide la realidad de la fantasía con una serie que muestra el vestido de los monstruos – después de todo, ¿qué usa un mutante en un clima inclemente? ¡Mentes quisquillosas quieren saberlo!
Koliva también creó la pieza más colorida y espectacular de la exhibición llamada Below the Line. Si el arte está en la pared, él lo ha desentrañado, regando intestinos de plasticene sobre el mostrador y el piso abajo. ¿O quizás es una grieta dimensional por medio de la cual alguien está botando desechos médicos? Las conclusiones se dejan enteramente al espectador.
Carlos Capelán divide su tiempo entre Suecia y Costa Rica. Su trabajo usa una multitud de líneas para mostrar problemas sociales y psicológicos complejos como desórdenes mentales y la deshumanización social. Parecido a las enfermedades sociales, enfocarse muy cerca
en su trabajo produce un dolor de cabeza.

En todo, se deben dar kudos a la directora ejecutiva y curadora Patty Ortiz por una exhibición que provoca el pensamiento y que es emocionalmente estimulante. En algún momento en los próximos tres meses haga una línea que vaya al museo y saque sus propias conclusiones de los elementos que comprenden Fine Line.
Bajo la línea. Instalación In Situ. Plastilina. Muestra “The Fine Line”. Museo de las Americas. Colorado, USA. Octubre de 2008














Desmesura. Instalación In Situ. Plastilina. Muestra “Primavera negra”. Galería Asoc. Amigos Erik van der Grijn, Buenos Aires.2008.